Refugio para chicas
«Tenemos la ilusión de poder juntarnos los viernes y fines de semana para ver pelis o tener largas charlas»… fueron las primeras frases para crear este proyecto.
Unas viviendo en la ciudad y otras en el pueblo, era la excusa perfecta para actuar sobre un piso que durante años había estado alquilado y que ahora querían transformar para convertirlo en un sitio especial donde reunirse las chicas de la familia. ¡Me fascinó la idea!
Fue un reto especial intentar crear espacios femeninos que transmitieran sus distintas personalidades y gustos y conectaran en las distintas franjas de edad. Tuve clara la idea de mobiliario sencillo, de bajo coste y color blanco que siempre transmite frescura y es práctico en su mantenimiento. Piezas necesarias que no recarguen los espacios y juego de tejidos en geometrías, estampados y lisos para aportar movimiento y definir las estancias manteniendo su conexión. Había que dejar entrar toda la luz, tratándose de un alto con terraza.
Complementos que suman y transmiten vida, ha sido la máxima de este sueño.