«The little house»

Este piso situado en el barrio de La Chantrea de Pamplona, fue mi primera casa. Nuestro primer nido en pareja y donde las ilusiones eran tan grandes como los sueños.

Pequeño de tamaño, nunca he tenido ninguna duda de que escondía sus posibilidades y , tal y como lo imaginaba muchas veces desde el sofá de aquel pequeño salón, la transformación de espacios abriendo zonas comunes y llenarlo de vida con colores claros y luz, han sido el acierto para otra nueva oportunidad. Una más…

Estas casas, de la primera agrupación del barrio, tienen una historia emocionante, porque en su tiempo… la gente que llegaba a la zona, se construía las viviendas como podía y sabía, y allí mismo formaban su hogar. Con un trocito de terreno convertido en huerta, son el reclamo de muchos y con eso hemos crecido todos allí. ¡La mar de felices!

Su nueva familia necesitaba una amplia zona común para el día, con espacio para los gemelos en plena explosión experimental. Un gran sofá, piezas auxiliares para poder mover y una cocina con muebles claros y mucha luz, son el tándem perfecto para crear vida en familia y separarla del descanso, tras una corredera dnde se distribuyen tres dormitorios.

El baño ha aumentado su tamaño y gracias al hueco que ocupaba la despensa, se ha podido colocar un plato de ducha que permite funcionar en el espacio de forma cómoda. El aprovechamiento de las paredes de la cocina ha dado lugar a mayor capacidad de almacenaje, permitiendo también convertir la ventana en balcón.

La habitación principal con armario en blanco y mesillas en madera natural combinadas con cabecero de fibras naturales, aportan un estilo actual, fresco y atemporal. Cama vestida en tejidos de lino y algodón y cortinas claras que dejen entrar toda la luz que la orientación al sur regala.

Los dormitorios infantiles, con su punto de fantasía, diseñados de forma idéntica con un gran contenedor de juguetes, una cama evolutiva, espacios de capacidad y gran alfombra para guardar las horas interminables de juego. Pensados de tal manera que, según crezcan, los muebles puedan modificarse por escritorios y camas de adulto, pero siempre manteniendo la claridad y el espacio.

Piso pequeño, pero elegante y funcional… acogedor en cada extremo… igual en unos años me lo vuelvo a encontrar… quién sabe…

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