«Con vistas al mar»

Esta segunda vivienda, frente al mar, en el norte, nace con una idea muy clara: crear un espacio donde desconectar y disfrutar de los días de descanso. Un refugio sencillo, cómodo y sereno, pensado para dejar atrás las prisas y disfrutar del tiempo sin horarios.

El Interiorismo, parte de la calma del entorno. Colores suaves, materiales naturales y una distribución pensada para el confort. Cada elemento tiene su función, sin recargar, buscando siempre la sensación de amplitud y ligereza.

El dormitorio principal, con baño integrado en colores claros, combina toques románticos y atemporales. La espiga, la flor y los tonos verdes se mezclan con texturas naturales para crear una atmósfera cálida y relajante.

El dormitorio de invitados mantiene esa misma filosofía: dos camas juntas que permiten diferentes usos, un cabecero empapelado, con motivo de ramas que aporta color con delicadeza y materiales, como la rafia y las mesillas suspendidas que suman ligereza y naturalidad.

Los armarios diseñados a medida e integrados en la vivienda con las paredes blancas, refuerzan la sensación de orden y calma.

En la zona común, cocina y salón comparten espacio para fomentar la convivencia y el disfrute cotidiano. Un salón acogedor pensado para tranquilas sobremesas, nuevas conversaciones y recuerdos frente al mar.

La terraza, abierta a las vistas, invita a desayunos tranquilos y lecturas al atardecer, completando un conjunto funcional y sereno.

Un proyecto pensado para parar el ritmo, mirar al mar y dejar que los días se estiren sin prisa. Una casa donde vivir sin horarios, respirar y disfrutar de lo esencial.

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